En un Mundo de verdades jurídicas: Verdad Material frente a la Verdad Procesal

Mucha gente me pregunta: ¿Por qué decidiste ser abogado?, dicha pregunta parece sencilla, pero tiene un amplio sentido de fondo, ante ello, yo siempre empiezo diciéndoles que antes de acabar la secundaria asistí a diversas charlas de orientación vocacional, y conforme a ello, los orientadores vocacionales hicieron dos preguntas clave: ¿Que cursos de la secundaria son a los que le tomas más importancia? o ¿En qué cursos te desenvuelves con mayor facilidad?, y yo en mi mente pensé e inferí que los cursos o materias que más me fascinaban, era el curso de historia, geografía, y economía, así como el curso de formación ciudadana y cívica, y que poseo el don de razonar minuciosamente alguna problemática y de expresar ese razonamiento en sencillas palabras; por ello, decidí estudiar la Carrera de Derecho y Ciencias Políticas, con el augurio del profesor Enrique y de la profesora Gloria.
Gustavo QuispeHace 2 años1810 min

Mucha gente me pregunta: ¿Por qué decidiste ser abogado?, dicha pregunta parece sencilla, pero tiene un amplio sentido de fondo, ante ello, yo siempre empiezo diciéndoles que antes de acabar la secundaria asistí a diversas charlas de orientación vocacional, y conforme a ello, los orientadores vocacionales hicieron dos preguntas clave: ¿Que cursos de la secundaria son a los que le tomas más importancia? o ¿En qué cursos te desenvuelves con mayor facilidad?, y yo en mi mente pensé e inferí que los cursos o materias que más me fascinaban, era el curso de historia, geografía, y economía, así como el curso de formación ciudadana y cívica, y que poseo el don de razonar minuciosamente alguna problemática y de expresar ese razonamiento en sencillas palabras; por ello, decidí estudiar la Carrera de Derecho y Ciencias Políticas, con el augurio del profesor Enrique y de la profesora Gloria.

En ese contexto; postule, ingresé y empecé a estudiar la carrera profesional de abogacía, y durante la carrera escuchaba hablar a la gente que los abogados (abogados litigantes, jueces, fiscales, consultores jurídicos, entre otros) son corruptos y cosas así por el estilo, y siempre considere dicha afirmación como falaz, es decir, es un argumento que pretende ser válido para ciertas personas que no se dan cuenta de los errores lógicos en el razonamiento del argumento, presentado como verdad, con ello deducimos que aquella afirmación se enmarca en una falacia aristotélica “ad ignorantiam y ad populum”, ad ignorantiam porque se trata de sostener una afirmación errada como verdad debido a que no se a podido demostrar lo contrario y ad populum porque se basan en una supuesta opinión que tiene la gente en general, todo lo dicho hasta aquí no es más que una verdad subjetiva propugnada por algunas personas.

Dicho lo anterior, debe precisarse que vivimos en un mundo de verdades jurídicas entre ellas la verdad material y la verdad procesal, para entender estos tipos de verdades, es necesario saber que la verdad en términos sencillos es el reflejo fiel de la realidad, es así que, la verdad material lo conceptualizamos como aquello que realmente sucedió o lo que es realmente, mientras que la verdad procesal vendría a ser aquella verdad que se construye a partir de un debido proceso judicial o extrajudicial.

Al respecto, corresponde a traer a colación que el ser humano se orienta por ideales morales y éticos, en otras palabras, no somos seres perfectos sino perfectibles, en tal sentido, considero que la verdad material es un ideal por el cual se constituye en un anhelo ansiado, debido a que en el proceso judicial o extrajudicial no siempre se prueba la verdad material o verdad de los hechos sino la verdad procesal o verdad reconstruida, y si esto es así, eso realmente es hacer justicia o que la justicia solo existe en el mundo de los ideales.

No obstante, nadie en esta vida es un santo, es decir somos seres humanos y como seres humanos cometemos errores, en ese sentido, colijo con la idea planteada por el filósofo Aristóteles en la lógica de que errar es humano; en ese orden de ideas, en un proceso judicial o extrajudicial se anhela justicia, pero esta justicia no es alcanzable en forma absoluta, puesto que es una verdad que la justicia como tal también se inspira en ideales y por ello es un ideal, que tiene falencias pasibles de ser perfectibles, dado que la administración de justicia está en manos de seres humanos reitero, no de seres ideales o perfectos.

Aunado a lo expuesto anteriormente, cabe citar al jurista Ulpiano quien señalaba que el derecho se sustenta en tres principios básicos, estos son: “(…) vivir honradamente, no hacer daño a otro, dar a cada uno lo suyo”, y lo dicho por Ulpiano sobre los pilares que sustentan el derecho es una verdad objetiva que debe ser practicada por toda la sociedad en su conjunto.

En esa medida también, podemos aseverar que una verdad irrefutable es que toda persona hasta un ángel necesita de un abogado, esto último dicho de manera metafórica, es decir, todas las personas tienen derecho a la defensa, a ser juzgados a través de un debido proceso, a la tutela de sus derechos patrimoniales y extrapatrimoniales, entre otros, entonces la labor de un abogado por si misma también se orienta por ideales y en esa línea de la búsqueda de la verdad anhelada, en concordancia con el ideal de justicia. Por lo tanto, en este mundo terrenal se observa que en la mayoría de los casos judiciales o extrajudiciales prevalece la verdad procesal sobre la verdad material, dado que no siempre se puede probar los hechos tal y como realmente sucedieron a menos a que haya una cámara personal que grabe toda actuación contraria al derecho de inicio a fin, ante tal situación, se deduce que nuestro sistema jurídico peruano no es perfecto pero si perfectible, y en esa medida trata de alguna manera de dar respuestas y solucionar problemas que pueda tener cualquier persona natural o jurídica.

Gustavo Quispe

Abogado, especialista en Derecho de la Construcción. Con experticia en Contratación Pública y Derecho Administrativo