Reflexiones y apuntes sobre la poesía peruana contemporánea

La poesía peruana contemporánea está dispersa, no se puede nombrar a una generación representativa. Los poetas están dispersos y el tipo de poesía es diversa, aunque cada vez se conoce menos de aquella, en esto se resume nuestro tiempo. ¿Y eso es negativo? Es muy pronto para calificaciones y juzgamientos, tal vez la historia, otras épocas, descarnen nuestra relevancia y aporte.
Luis Eduardo CoronelHace 2 años197 min

Resulta pretencioso, por lo menos, abarcar en un artículo el total de la poesía peruana contemporánea. Conviene más delimitar una aproximación, como quien estará siempre ad portas y las infinitas posibilidades se tornan ajenas a su dominio. “Lo real no se le coge” (Martín Adán).

En este caso, el tiempo aludido es la poesía escrita por jóvenes peruanos (entre los 18 y 30 años de edad). Entonces, al considerar esta segmentación debe tenerse en cuenta el contexto socio histórico en el que se desarrolla el fenómeno. La sociedad actual está constituida a partir de la era de la información y la infocracia (Byng Chul Han, 2021), existe una presencia considerable de todos los ámbitos de la creación humana en internet. Las redes sociales han democratizado el arte, pero, tamaña ironía, también le han cercenado los filtros y viérase convertido en un vertedero inexorable. Indesligablemente, digamos, los poetas pueden mostrar su trabajo de manera directa y libre, más con el riesgo de nombrar poeta a cualquiera que separe en varias filas la oración.

Claro está, como en todo, la calidad es recurso limitado, pero existe; quien recorre desde la amazonia hasta los andes y la costa encontrará un resistente bastión como luminaria del país que no se muestra de manera masiva, solo en reducidos espacios que les permite la capacidad económica y la voluntad. Y he aquí otra característica propia a la realidad poética contemporánea, el poder, en sus diferentes manifestaciones, arrinconó a los poetas hacia lo desechable y la banalidad. Para lo mercantil la poesía no sirve, por su complejidad, esfuerzo y profundo análisis; es más rentable lo fácil e inmediato y se ha querido masificar una poesía líquida, de autoayuda y superación personal. Por eso existe una legión desmedida de falsos artistas que se celebran, de manera sinalagmática se reparten ditirambos y premios intrascendentes, reconocimientos sin base ni mérito.

La poesía peruana contemporánea está dispersa, no se puede nombrar a una generación representativa. Los poetas están dispersos y el tipo de poesía es diversa, aunque cada vez se conoce menos de aquella, en esto se resume nuestro tiempo. ¿Y eso es negativo? Es muy pronto para calificaciones y juzgamientos, tal vez la historia, otras épocas, descarnen nuestra relevancia y aporte.

Toda generación ha tratado de destruir a su antecesora, pocas veces se rescató la importancia de la pléyade anterior. Hoy al no existir una generación exclusiva que capte todos los medios y atenciones, es más fácil para el poeta pasado sobrevivir al olvido. Esto se puede considerar como buen augurio, pero como siempre ha sido el olvido perdona muy poco y es injusto tantas veces.

Por lo demás, colectivamente no se observa una composición; no obstante, la historia demostró, en exceso, que sobreviven y perduran las obras individuales. Y en esa individualidad debe existir una responsabilidad inherente al poeta de conocer su oficio y su herramienta: la palabra, las formas de su arte.

Podría decir tanto más, pero me he cansado de escribir como quien juzga o piensa en voz alta. Más valdría un verso que me llama y ya no más, ya no más.

Luis Eduardo Coronel

Poeta y escritor.