
En el Perú, cada mes mueren 265 personas víctimas de accidentes de tránsito. Las regiones de Lima, Arequipa, Trujillo y Piura encabezan la fatal estadística. Los station wagon y las motocicletas son los vehículos de mayor incidencia en estos accidentes y la principal causa es el exceso de velocidad.

El enemigo silencioso que se cobra la vida de miles de peruanos al año, es el exceso de velocidad de los conductores de vehículos a lo largo y ancho de las carreteras del Perú. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial del MTC, de enero a julio de este año, ocurrieron 47 629 accidentes de tránsito que ocasionaron la muerte de 1853 personas y provocaron lesiones a otras 30, 850 compatriotas.
De total de fallecidos a nivel nacional, el 60.9% corresponde a usuarios que estuvieron a bordo de motos y bicicletas, y a peatones. De igual modo, del total de muertos el 41.2% lo constituyen los conductores, el 33 % los pasajeros y el 25.7% los peatones. Los vehículos con la mayor participación en accidentes de tránsito son los station wagon y automóviles, con alrededor de 26 034, seguido por las motocicletas con una cifra de 12 114 casos reportados.
Una de las principales causas de estos accidentes de tránsito, es el exceso de velocidad de los conductores. Las regiones con más accidentes de tránsito son: Lima con 22 973 casos, Arequipa con 2913, La Libertad con 2906 y Piura con 2265 casos. Todas estas cifras son de los primeros 7 meses del 2022, mientras que en el 2021 se registraron 74624 accidentes de tránsito y lamentablemente fallecieron 3032 personas.
Falta cultura de la prevención y educación Vial
Se conoce que la seguridad vial es el conjunto de acciones, estrategias y mecanismos que garantizan una movilidad segura. Ello implica mejorar la calidad de las vías, la seguridad de los vehículos, fortalecer e impulsar la innovación en los procesos de fiscalización en tránsito y transporte, todo esto en un marco de la cultura de prevención, sin embargo; en el Perú los que se ponen al volante de un vehículo, no entienden la real dimensión y responsabilidad que conlleva ello.
Si bien la infraestructura vial es deficiente en el Perú, pero la verdadera y real causa de los accidentes no se deben necesariamente a esa deficiencia de la infraestructura, tampoco a fallas mecánicas, sino se debe a la imprudencia y exceso de confianza de los conductores que no respetan los límites de velocidad y andan al acecho, buscando nuevas víctimas. Esto debe parar, porque sino más familias seguirán enlutándose por este problema social.