InicioAutor

Manuel Tucto, autor en Heraldo 21

Escritor y comunicador social. Nacido en el corazón de las montañas, asiduo lector de Saramago, Orwell y Sabato. En ocasiones escribe porque es la única forma que llega a la profundidad de los sueños.
Carta a Sandra

Intento expulsar las sombras de mi mente, para que entres en ella y solo pueda recordarte sonriente, amable y buena moza; fuiste una increíble persona, una mujer fuerte como el roble, combativa ante las adversidades, con metas claras, soñadora de la vida. Te tocó bregar muy duro desde pequeña, sufriste el dolor de perder a tu padre, sin embargo  tú valentía era admirable, tenía que vivir por mi madre me decías, es lo único que me queda.     recuerdo tu historia y se me estremece el corazón, ahora lo entiendo y lo sufro.

Memorias

En este viaje, en esta aventura a mi pasado no intento obviar nada en lo absoluto, mi historia será sin duda, el que me lleve al tribunal final, seré condenado por estas letras, por las cosas buenas o malas que hice a lo largo de mi existencia. No intento huir de nada y menos de la verdad, soy un hombre cortado por el filudo sable del campo, tostado por el sol estival de verano, fortalecido en ocasiones por el crudo invierno serrano, y eso me hace diferente a los demás. No diré que soy superior o inferior a otros hombres, pero estoy seguro que no hay uno como yo.

El sendero de Hades

A lo largo de mi vida, he cerrado muchas maletas sin terminar de empacar, me llevaron a dejar de querer a muchas personas, pero no las he olvidado, no importan las circunstancias como nos alejamos, siempre en algún momento asaltan mi memoria y mis deseos que siempre les vaya bien. Este viernes último ha sido un día lleno de nieblas, de sombras y también de luz.

La chica de negro

Hace ya muchas noches que soy asiduo visitante de la plaza de Huánuco, recurro a el de noche, porque hay menos gente, menos bulla y el viento frío recarga mi espíritu con aparente dosis de libertad. Todas las noches veo gente pasar, tienen sus miradas ciegas para mí y no es que me interese llamar su atención, pero veo seres desnudos metidos debajo de un disfraz, unos caminan de prisa y otros no tanto.

El sueño de Rossella

A lo largo de los años, hay historias muy conmovedoras que pone en alerta a nuestra conciencia y nos recuerda que somos seres humanos, con vínculos emocionales muy fuertes, mucho mayor cuando alguien desconoce sus orígenes como Rossella Carrara Huerlamann, una ciudadana italiana, nacida en la región Huánuco, probablemente en la provincia de Leoncio Prado.

Los años miserables

Hace unos días caminaba las calles húmedas de nuestra ciudad, llovía con cierta intensidad y la gente empezaba a correr como si huyeran de una ráfaga de balas. Con cierta melancolía, distraído y con indiferencia al mundo real, fui a parar a los días olvidados de mi adolescencia, momentos en la que con cierta embriaguez juraba revelarme al sistema político que tanto daño hacía a nuestro país, leía libros de filosofía, sociología y comunismo, el resentimiento crecía sin medida, escribía versos repletos de odio y con ansias de venganza; para mí toda la culpa de la situación de pobreza recaía en el sistema y las autoridades de turno. Pasaba largas horas pensando una solución, dirigía toda mi “genialidad” en reclutar gente y convencerlos que conspirar en contra de los miserables, era la medicina para curar el mal que nos aqueja como sociedad.