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Columnista archivos – Página 8 de 8 – Heraldo 21

Los años miserables

Hace unos días caminaba las calles húmedas de nuestra ciudad, llovía con cierta intensidad y la gente empezaba a correr como si huyeran de una ráfaga de balas. Con cierta melancolía, distraído y con indiferencia al mundo real, fui a parar a los días olvidados de mi adolescencia, momentos en la que con cierta embriaguez juraba revelarme al sistema político que tanto daño hacía a nuestro país, leía libros de filosofía, sociología y comunismo, el resentimiento crecía sin medida, escribía versos repletos de odio y con ansias de venganza; para mí toda la culpa de la situación de pobreza recaía en el sistema y las autoridades de turno. Pasaba largas horas pensando una solución, dirigía toda mi “genialidad” en reclutar gente y convencerlos que conspirar en contra de los miserables, era la medicina para curar el mal que nos aqueja como sociedad.

Desnudo

Desnudo

Hace 3 años106 min

Quizá no tengo que decirlo, se me nota a leguas que soy un tipo tímido, firme, solitario y muy frío; con una mente ligeramente estrafalario y casi pusilánime, que ha intentado siempre dejar la soledad a cambio de una buena compañía.

El aprendiz de Satanás en las lides del amor

Yo era un pipiolo, un aprendiz en todo campo, incluido en las lides del amor. Mi locura me estaba llevando por caminos que no conocía. Las salidas con Brigitte se volvieron más frecuentes. Pronto conocí a sus padres, a quienes les caí bien y mal. Bien, porque estudiaba Derecho, y mal, porque yo prevenía de una familia de clase baja, principalmente por mi estatura y también por mis ingresos económicos. 

Vendaval de Octubre

Los días de octubre amanecían en sus ojos, la lluvia bailaba al ritmo hechicero de su voz, sus suaves labios carmesíes, rosaban con el viento a los míos, permitiéndonos soñar juntos por un momento. Cada noche de insomnio, su voz eleva mi alma a la gloria, nos fundimos piel contra piel en la profundidad de los placeres, y recalamos en nuestros cuerpos desnudos y distantes.

El aguamanil y la anécdota en Eguisheim

A mí siempre me han dicho que si uno quiere hablar en francés, debe hacerlo sin errores, ya que los franceses no toleran que uno lo aprenda a medías. ¡Tranquilo chico, estás viajando conmigo!, me dice Yuli y me hace un guiño. Efectivamente, el segundo idioma de mi acompañante es el francés, por lo que voy más calmado... 

Verschlimmbessern de la política peruana

“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quién lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos...”

Los badulaques y pendencieros nuevamente

Huánuco ya no es la misma ciudad de antaño, ahora si te expones al sol te puedes cashpar rápidamente, el viento de la tarde intempestivamente te despoja del lapichuco, y el frío de la noche provoca un “alalau carajo”. Así como el clima, también las personas han cambiado, ya que de nobles y leales caballeros ya pocos quedan, ahora abundan haraganes, opas, hueplas  y tacras...

Mi casa

Mi casa

Hace 3 años96 min

Mientras estuve lejos, las montañas andinas jamás dejaron de perseguirme, tengo una conexión visceral con ellas, casi ceremonial; quizá el haber nacido en sus entrañas, el haber bebido de sus remansos y el haber caminado sus noches salvajes, sean motivos suficientes para explicar tal atadura. Mi hogar la edificaron en ella mis antepasados y no importa que tan lejos me vaya, siempre habrá tiempo para volver.