Cuando desperté, la Dinasaurio todavía estaba allí

¿Hasta cuándo tendremos que tolerar esta situación? Las Iglesias callan, los pseudo intelectuales se hacen a los ciegos, los sacha poetas embriagados no ven la realidad. Algunos escritores en el cabaret del dinero, le han puesto un precio a la mentira que replican los grandes medios de desinformación. Actualmente todo es un cambalache en este país que nunca fue de todas las sangres...  
Yoel VenturaHace 2 años88 min

Tanto políticos, líderes, ciudadanos de a pie y todos aquellos, quienes avalan a gobiernos que asesinan en nombre del “orden y una supuesta paz”, deberían revisar sus paradigmas axiológicos, ya que anteponer la propiedad pública o privada por sobre la vida, los convierte en inmoral. Si bien, todos los derechos son iguales, pero el derecho a la vida es originaría de los otros derechos, ya que sin vida no se puede exigir el ejercicio de los demás derechos, por lo que siempre se debe garantizar la protección de este derecho fundamental.

Hay quienes han tratado de justificar las muertes y han pedido ‘bala para todo el mundo’, criminalizando a ultranza las protestas. Siguiendo esta lógica absurda, todos los que protestan son zurdos, ‘terrucos’, vándalos y delincuentes.  En el supuesto que se les diese la razón, asoma el moderno derecho penal, que establece que al delincuente tienes que identificarlo, capturarlo, procesarlo y sancionarlo penalmente, para eso se tiene al sistema de administración de justicia penal. En ninguna parte de la teoría, ni los diferentes tratados internacionales, te dicen que debes matar al que ‘delinque’, incluso si lo atrapas ‘in fraganti’. Con tan básica premisa se cae toda esa lógica de aquellos que avalan las represiones violentas.

Lo que viene sucediendo en el país, es una grave violación de los derechos humanos. Hay quienes por salir a protestar han sido víctimas directas de la represión, y otras personas que han fallecido, producto del cierre de vías y el bloqueo de accesos. No sé si los más sensatos han visibilizado que tristemente tenemos a 10 niños (término que usa la CDN) entre las víctimas fatales de esta situación. 6 asesinados en las represiones y 4 fallecidos producto del cierre de vías. El principio de interés superior del niño ha sido pisoteado, tanto por el Estado, como por la población que protesta. La pérdida de vidas no puede ser un efecto colateral en un país donde se practica la democracia.

Dina Boluarte y su equipo de ministros, tienen primera responsabilidad penal por la muerte de las seis docenas de ciudadanos que fueron víctimas del fusil disparado por uniformados de la Policía y militares, que también son compatriotas. Asimismo debe investigarse y sancionarse a quienes fueron autores de la muerte del joven Policía en Juliaca. En un Estado de derecho, la vida de todos vale y los derechos humanos son para todos.

¿Hasta cuándo tendremos que tolerar esta situación? Las Iglesias callan, los pseudo intelectuales se hacen a los ciegos, los sacha poetas embriagados no ven la realidad. Algunos escritores en el cabaret del dinero, le han puesto un precio a la mentira que replican los grandes medios de desinformación. Actualmente todo es un cambalache en este país que nunca fue de todas las sangres.  

La historia, como jueza de los hechos, es implacable al momento de juzgar. En el banquillo de los acusados que el tiempo establece, aquellos que hoy levantan el fusil para arrebatarle la vida a los más débiles, mañana serán avergonzados y arrojados por la recia verdad. Y aquellos gallinazos que ya sobrevuelan, creyendo hacer un festín con toda esta situación, deben saber que el Perú siempre se ha sobrepuesto a las situaciones más difíciles.

La salida política a esta situación es la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, pero es demasiado terca, ya que sabe que cuando pierda el poder, habrá sido una pieza más. Cuando desperté la Dinasaurio todavía estaba allí. Y allí también estaban los congresistas, desafiando a la población. Se hacen llamar los padres de la patria, pero ni un padrastro te trata así, así como te tratan estos personajes. Pero si continuan en lo mismo, la indignación colectiva va a ir en aumento. No esperemos que haya un desborde popular incontrolable, todavía estamos a tiempo. En estos momentos, lo mejor que podrían hacer los políticos es irse. Eso incluye a los naranjas, azules, rojos, morados y todos los tintes. Nadie los quiere, salvo su pequeña horda de fanáticos.  

Yoel Ventura

Gordito memero y escritor con inteligencia artesanal. Soy investigador en historia y laboro en Derechos Humanos y Derecho Internacional Público. En un mundo de grises, sigo creyendo que el amor es azul.💙