Dos veces víctima

La primera, es sencillo de identificar, porque se da en el momento del daño o perjuicio, pero la segunda es más difícil, porque muchas veces se da de manera sutil, y viene de quienes deben brindarte la ayuda necesaria, o de la sociedad que está acostumbrada a mirar en los demás lo que fallan en si mismos.
Jahel BernardoHace 2 años88 min

La primera, es sencillo de identificar, porque se da en el momento del daño o perjuicio, pero la segunda es más difícil, porque muchas veces se da de manera sutil, y viene de quienes deben brindarte la ayuda necesaria, o de la sociedad que está acostumbrada a mirar en los demás lo que fallan en si mismos.

Vamos por el mundo con miedo a sufrir daños o lesiones, y cuando un día de pronto sin buscarlo, sin quererlo o esperarlo (porque no, no vamos por el mundo viendo a ver quién o donde nos pueden agredir) eres violentada sexualmente, físicamente o psicológicamente. Tienes miedo a denunciar, precisamente porque la respuesta del sistema resulta ser ineficiente y terminan por re-victimizarte. Acudes a la Policía a denunciar el hecho y te cuestionan tu vestimenta, la hora en la que caminabas por las calles, cuánto alcohol habías ingerido o porqué decidiste salir con ese amigo/familiar/conocido. Y la pregunta que más rabia genera: ¿Está segura de poner la denuncia?, te preguntan dos veces al llegar y una más al iniciar a redactar la denuncia por si te habías arrepentido.

Llegas al Centro de Emergencia Mujer, solicitas ayuda porque eres víctima de violencia, detallas todo lo que estás viviendo y la pregunta que más genera curiosidad en el personal es: ¿Por qué te quedaste tanto tiempo con tu agresor?, quieres gritar y decir: ¿Qué no es obvio?, porque tenía miedo, no sabía cómo actuar y qué hacer.

Llegas al Ministerio Público, solicitas realizar una denuncia, y te toca contar la historia como cinco veces antes de que llegues con la persona encargada de sentar las denuncias, y esta a su vez, te pregunta varias veces si tienes la seguridad de seguir adelante. Tu denuncia siguió las vías necesarias y ahora estas frente al fiscal, quien te intimida al decir que, si estas mintiendo va a ser peor para ti, te comenta que el agresor no tiene antecedentes y te recuerda que por el miedo o cobardía te demoraste demasiado en denunciar, o peor aún insinúa que lo estás denunciando por venganza.

Te violaron en casa, se lo contaste a mamá, le dijiste que fue el nuevo amigo/novio/conocido que tiene, ¿Cómo reacciono? ¿Te abrazo, cuidó, protegió o te culparon de todo? Eras una niña y ya era tu culpa pasar por aquella horrible situación. Mamá desde siempre supo lo que pasaba y se quedó callada, pasaron los años y termino responsabilizándote de la situación. Quien debió protegerte te convirtió en víctima y fue responsable de tu constante re-victimización. Nos violan, nos violentan física o sexualmente, nos matan y es nuestra culpa; por usar prendas pequeñas, por salir con amigos, por ingerir alcohol, por enamorarnos, por tener miedo a denunciar y ser re-victimizadas. Lanzan al río nuestro cuerpo inerte, nos entierran en pozos, esconden nuestro cuerpo en baúles, y es culpa nuestra por haber sonreído al equivocado, por haber tomado una copa demás, por haber salido con ese vestido que nos quedaba precioso.

“Encontraron mi cuerpo lastimado a la orilla del rio y fue culpa mía que me mataran a golpes, por haberme enamorado de una persona supuestamente amable, cariñoso, que me hacía sonreír, que me brindaba seguridad, una falsa seguridad; porque no, yo no me enamoré del ser humano que vio mi último aliento. No me enamoré del ser violento y machista que conocí al final de mis días. Muchos cuestionaron mi elección de pareja, más no, el acto cometido contra mí, yo ya no estaba y aún así seguía siendo culpa mía, por haberme enamorado de la persona equivocada”.

 

Jahel Bernardo

Mujer, aunque debí ser machito y vivir como Bukowski. Amante de la lectura, las rosas y chocolates. Odio los domingos deshabitados y al mundo -eso es lo que suelo decir- aunque siempre voy por el mundo con el corazón en la mano.