El extranjero

Alex LeónHace 4 meses256 min

Regresé a ésta, mi tierra, La Unión, cumplidos los 30 años, y lo primero que fui a enterarme es que mi exnovia de la juventud, ahora se presentaba como mi prima política. Aquí los jóvenes no sabían quién era, los viejos me habían olvidado y mi amigo de infancia: el ladrón, resultó siendo uno de los pocos policías que tiene éste lugar.

A mi llegada, no tenía más equipaje que una guitarra, mi trompeta y la maleta con los libros de Dostoievski, Borges y García Márquez. El día que me vaya mi carga será la misma; no pretendo abarcar más de lo que mi mediocridad ambiciona.

Mi centro de labores me recibió con los brazos abiertos, pero les duró poco su simpatía hacia mí, porque yo soy alguien difícil de querer. Mis ideas generaron crisis en un sector del profesorado con más de veinte años de permanencia en la institución; muchos de ellos habían sido mis profesores y desconocieron a la persona que formaron.

Yo soy el extranjero al que nadie entiende; no me divide de la gente ni la cultura ni el idioma, sino la incapacidad que tengo de formar parte de esta sociedad; vivo solo, amo el silencio, lloro mis huaynos y le canto a las estrellas, pero no tolero a la gente como individuo; daría la vida por la humanidad, pero no podría pasar más de tres con una persona a mi lado.

Alguien me quiso en algún momento de mi estadía por aquí; al principio nos llevábamos bien por la novedad del amor y reíamos un poco de nuestras experiencias, pero luego todo se fue disipando, más de mi lado, y a las semanas que dejé de responder sus mensajes llegó de improviso a mi casa para verme y decir: «Ha enfermado, profesor, déjese ayudar»; a lo que respondí que yo me sentía perfectamente bien y si algún mal se me atribuía, la ciencia no podría resolverlo. Se fue resignada, pero yo sospecho que aún me quiere todavía.

Ahora me voy de este lugar, cansado de tanto padecer; no espero mucho del futuro, el mañana traerá su propia experiencia; me han llamado colegas para decirme que no habrá alguien mejor que yo en el cargo, no les creo, pero los escucho. Siento más por mis estudiantes, han sido mi única familia en este tiempo, pero son muy jóvenes, me olvidarán pronto y quizás en medio de ese olvido, tanto ellos, así como yo, recordemos –por última vez– que en algún momento fuimos muy felices.

Alex León

Profesor de Música y Artes, trompetista profesional, políticamente de Centro Izquierda, seguidor y amante de la literatura borgiana y mediano escribidor.