Excardenal Cipriani acusado de violencia sexual fue obligado a irse de Perú en 2019

Heraldo 21Hace 3 meses498 min

El diario El País ha revelado que el cardenal Juan Luis Cipriani, exarzobispo de Lima y figura prominente del Opus Dei, fue obligado en 2019 a dejar el Perú y retirarse de la Orden por decisión del Papa Francisco, tras ser acusado de abuso sexual contra un menor. Según el informe, la denuncia fue realizada en 2018 por una víctima que relató haber sufrido los abusos en 1983, cuando tenía 16 años.

Entre las sanciones impuestas al cardenal, se le prohibió portar símbolos cardenalicios, emitir declaraciones públicas y participar en cónclaves, aunque este último aspecto ya no es aplicable debido a su edad. Pese a ello, el Vaticano comunicó en su momento que la salida de Cipriani obedecía a la aceptación de su renuncia.

La denuncia llegó al Papa a través de Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, quien confirmó que entregó la carta directamente a Francisco. Aunque no se llevó a cabo un proceso canónico, Cipriani aceptó las medidas disciplinarias.

A pesar de su alejamiento de cargos eclesiásticos formales, el cardenal reapareció recientemente en Lima, donde recibió la Medalla de la Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz de manos del alcalde Rafael López Aliaga, también miembro del Opus Dei. Durante la ceremonia, Cipriani se presentó en sotana, pero sin portar símbolos cardenalicios, lo que generó críticas y reacciones en diversos sectores.

El testimonio 

Según El País, el denunciante de Juan Luis Cipriani enfrentó acoso y amenazas por parte de personas vinculadas al Opus Dei, quienes buscaban que se retractara. Los mensajes incluían advertencias sobre el impacto en su familia y frases intimidantes como “te convertirás en un apestado”. La víctima declaró sentirse sorprendido por el rechazo y los ataques recibidos: “No había hecho nada malo”.  

El denunciante también afirmó que Cipriani intentó contactarlo a través de intermediarios, aunque él rechazó esas gestiones. Además, relató reuniones con miembros de la organización, incluido el vicario general en Perú, quienes le pidieron no hablar sobre los hechos.  

En su defensa, Cipriani habría atribuido las acusaciones a problemas psiquiátricos del denunciante, descrito como un «adolescente huérfano con dificultades». Sin embargo, la víctima detalló los abusos, mencionando que ocurrían durante confesiones regulares: “Me abrazaba, metía la mano debajo de mi polo y sobaba mi espalda por largo rato. Luego metía la mano más abajo y decía: ‘Esos jamones’”. El comportamiento escaló hasta incluir besos en el rostro y gestos que buscaron acercarse a sus labios.

Respuesta de Cipriani

En un comunicado dirigido a El País, Cipriani reconoció estar al tanto de la denuncia enviada al Vaticano, pero señaló que los documentos correspondientes son confidenciales y no están en su poder.

“No he cometido ningún delito, ni he abusado sexualmente de nadie, ni en 1983, ni antes, ni después. Se recogen unas acusaciones presentadas (…) en 2018, referentes a unos hechos presuntamente acaecidos en 1983. En agosto de 2018 fui informado de que había llegado una denuncia que no se me entregó″, señaló.

El caso reaviva cuestionamientos sobre su rol en denuncias pasadas, como las vinculadas al Sodalicio, recientemente disuelto por la Santa Sede tras escándalos de pederastia y corrupción financiera. Al cierre de la nota, todo el grupo de la Iglesia católica en Perú, guardan silencio sobre el hecho.

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