No te estoy haciendo nada

Alguna vez alguien tan cercano, como la persona que amas y dice amarte, te alzó la voz, te gritó o te dijo palabras hirientes, tan hirientes que terminaste rompiendo en llanto y después preguntó: ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? Y cuando dijiste que llorabas por la forma en cómo te estaba tratando, terminó diciendo: “no te estoy haciendo nada”. Esta situación sucede incontables veces y terminas por creer que es normal y que no está pasando nada en la relación.
Jahel BernardoHace 2 años146 min

Alguna vez alguien tan cercano, como la persona que amas y dice amarte, te alzó la voz, te gritó o te dijo palabras hirientes, tan hirientes que terminaste rompiendo en llanto y después preguntó: ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? Y cuando dijiste que llorabas por la forma en cómo te estaba tratando, terminó diciendo: “no te estoy haciendo nada”. Esta situación sucede incontables veces y terminas por creer que es normal y que no está pasando nada en la relación.

Es increíble cómo podemos dañar a los demás con palabras toscas, con actitudes aparentemente inofensivas; pero es aún más increíble, que incluso cuando expresas lo que sientes y lo que duele, ese otro ser humano, ese ser humano que dice quererte, ese ser humano que ejerce violencia psicológica contra ti; diga que estas exagerando y que no te ha tocado un pelo, como para que te quejes. Te mira a la cara y te repite muchas veces: “jamás te toqué, jamás te golpeé, jamás te puse un dedo encima”. Entonces una se queda en silencio, porque es difícil creer que alguien niegue descaradamente algo tan evidente. Estamos tan acostumbrados a creer que maltrato o violencia son necesariamente golpes, moretones; pero en realidad, maltrato y violencia comienzan con una palabra despectiva, un comentario hiriente, intimidación por el tono de voz o la actitud hostil con la que te hablan. Si lo que te están diciendo te genera sentimientos de intranquilidad, tristeza, ansiedad, frustración, o cualquier emoción negativa; entonces algo anda mal.

Muchas veces nos quedamos callados por miedo a decir frente al mundo lo que estamos viviendo, por miedo a ser juzgados, o peor aún, a ser vistos con ojos de lastima. Por lo que una, no tendría que quedarse callada, sino levantar su voz y decir ¡basta ya!. Nadie tiene porque herirnos el autoestima o destrozarnos el alma. Si dice que te ama, pero a la vez ejerce violencia psicológica hacia ti, entonces ese amor no es sano, ese amor destruye y lo mejor que puedes hacer es huir tan pronto como sea posible. Si dice que te ama, pero no deja la actitud hostil, aun cuando repites muchas veces que sus palabras lastiman, entonces no te ama. Si dice que te ama, pero al verte llorar no le pone un alto a su actitud violenta, entonces no te ama.

Pasan meses, incluso años, de pronto un día miras hacia atrás y ves al ser humano que fuiste, lleno de luz, de vida, de esperanza; pero de esa persona ya no queda nada, ahora todo es oscuridad, penas y lágrimas. Te preguntas ¿Qué paso?, te miras al espejo y ya no te reconoces, esa chispa de vida en tus ojos ya no está, sonríes y te repites que todo estará bien, pero pasan los días y todo sigue igual.

Mira una y otra vez al pasado, recuerda la persona que fuiste. Ese increíble ser humano que habías sido en el pasado, aún está ahí, aún queda una chispa; alimenta esa chispa y vuelve a sonreír, alimenta esa chispa y vuelve a bailar bajo la lluvia. 

Jahel Bernardo

Mujer, aunque debí ser machito y vivir como Bukowski. Amante de la lectura, las rosas y chocolates. Odio los domingos deshabitados y al mundo -eso es lo que suelo decir- aunque siempre voy por el mundo con el corazón en la mano.