La gris mirada de enero
Aquí estamos, la plaza y yo, cubiertos por el gélido viento y el tibio aliento de los jóvenes del ayer, es gris la tarde y el cielo muestra una extraña forma borrosa, cuál papel de mis años infantiles.
Aquí estamos, la plaza y yo, cubiertos por el gélido viento y el tibio aliento de los jóvenes del ayer, es gris la tarde y el cielo muestra una extraña forma borrosa, cuál papel de mis años infantiles.
De aparentar un corazón de roca y una vestidura de hierro, de pronto me sentí al descubierto. Había sido también un humano de carne y hueso, cuyo corazón palpita de manera inexorable al vulnerable son del amor...
Mucha gente me pregunta: ¿Por qué decidiste ser abogado?, dicha pregunta parece sencilla, pero tiene un amplio sentido de fondo, ante ello, yo siempre empiezo diciéndoles que antes de acabar la secundaria asistí a diversas charlas de orientación vocacional, y conforme a ello, los orientadores vocacionales hicieron dos preguntas clave: ¿Que cursos de la secundaria son a los que le tomas más importancia? o ¿En qué cursos te desenvuelves con mayor facilidad?, y yo en mi mente pensé e inferí que los cursos o materias que más me fascinaban, era el curso de historia, geografía, y economía, así como el curso de formación ciudadana y cívica, y que poseo el don de razonar minuciosamente alguna problemática y de expresar ese razonamiento en sencillas palabras; por ello, decidí estudiar la Carrera de Derecho y Ciencias Políticas, con el augurio del profesor Enrique y de la profesora Gloria.
Hoy en día podemos observar que nos encontramos frente a un dilema de nunca acabar, puesto que, es común observar que existen obras públicas que se encuentran paralizadas o suspendidas, es decir no hay ejecución física ni financiera, o en algunos casos solo hay ejecución financiera más no ejecución física, según reportes de la Contraloría General de la República, todo ello, lo podemos observar a lo largo y ancho del territorio peruano, por una serie de falencias principalmente debido a deficiencias en el expediente técnico, así como, la falta de capacidad técnica durante el proceso constructivo, falta de recursos o fondos públicos para llegar a culminar las obras, corrupción, entre otros problemas que se presentan durante la ejecución de las obras publicas.
Hace unos días caminaba las calles húmedas de nuestra ciudad, llovía con cierta intensidad y la gente empezaba a correr como si huyeran de una ráfaga de balas. Con cierta melancolía, distraído y con indiferencia al mundo real, fui a parar a los días olvidados de mi adolescencia, momentos en la que con cierta embriaguez juraba revelarme al sistema político que tanto daño hacía a nuestro país, leía libros de filosofía, sociología y comunismo, el resentimiento crecía sin medida, escribía versos repletos de odio y con ansias de venganza; para mí toda la culpa de la situación de pobreza recaía en el sistema y las autoridades de turno. Pasaba largas horas pensando una solución, dirigía toda mi “genialidad” en reclutar gente y convencerlos que conspirar en contra de los miserables, era la medicina para curar el mal que nos aqueja como sociedad.
Quizá no tengo que decirlo, se me nota a leguas que soy un tipo tímido, firme, solitario y muy frío; con una mente ligeramente estrafalario y casi pusilánime, que ha intentado siempre dejar la soledad a cambio de una buena compañía.
Lo cierto es que para llegar a Huacaybamba, uno tiene que surcar por una carretera que serpentea entre las montañas andinas de Lima, Ancash, y luego para adentrarse en la región Huánuco. ..
Yo era un pipiolo, un aprendiz en todo campo, incluido en las lides del amor. Mi locura me estaba llevando por caminos que no conocía. Las salidas con Brigitte se volvieron más frecuentes. Pronto conocí a sus padres, a quienes les caí bien y mal. Bien, porque estudiaba Derecho, y mal, porque yo prevenía de una familia de clase baja, principalmente por mi estatura y también por mis ingresos económicos.
Los días de octubre amanecían en sus ojos, la lluvia bailaba al ritmo hechicero de su voz, sus suaves labios carmesíes, rosaban con el viento a los míos, permitiéndonos soñar juntos por un momento. Cada noche de insomnio, su voz eleva mi alma a la gloria, nos fundimos piel contra piel en la profundidad de los placeres, y recalamos en nuestros cuerpos desnudos y distantes.
A mí siempre me han dicho que si uno quiere hablar en francés, debe hacerlo sin errores, ya que los franceses no toleran que uno lo aprenda a medías. ¡Tranquilo chico, estás viajando conmigo!, me dice Yuli y me hace un guiño. Efectivamente, el segundo idioma de mi acompañante es el francés, por lo que voy más calmado...